CUNorte desarrolla una bebida probiótica a partir de maíces nativos de la zona wixárika de Jalisco
Con la finalidad de elaborar un producto con alto contenido de antioxidantes, que ayuden en la absorción de nutrientes, a mejorar el tracto intestinal, y que sea benéfico para la salud, aprovechando cultivos de la región, la profesora investigadora Dra. Martha Fabiola Martín del Campo Solís, adscrita al departamento de Fundamentos del Conocimiento, del CUNorte, trabaja en la línea de investigación “Biotecnología Alimentaria”.
“Actualmente estamos trabajando cinco variedades, dos de ellas de la comunidad wixárika de San Sebastián Teponahuaxtlán, y tenemos un maíz dulce nativo, y un maíz pozolero morado. Aprovechamos la coloración de estos maíces nativos, que está relacionada con su contenido de antioxidante, y estamos proponiendo desarrollar una bebida que no contenga leche, y que sea probiótica, para que pueda ser bebido por personas que son intolerantes a la lactosa y tengan el beneficio de consumir una gran cantidad de antioxidantes que contienen estos maíces. Así también promovemos el rescate de estos maíces que ya solamente se cultivan por las comunidades indígenas, entonces tiene un doble propósito: el social y el benéfico a la salud”, señaló la investigadora del CUNorte.
Los wixaritari son defensores de cinco variedades de maíz, dos de las cuales forman parte del proyecto, “Para que podamos promover que se conserve, debemos promover que se consuma, apunta. “Vamos a proponer que las comunidades sean propietarias de las patentes también, porque ha sucedido mucho en otras plantas medicinales y nativas, que solamente tomamos su tecnología o saberes pero nunca les retribuimos. Entonces el aspecto social importante es que ellos son propietarios de esos recursos, entonces hay que respetar. Además ellos serían los proveedores de los maíces”
El proyecto se encuentra en la fase de diseño experimental para saber cuál de los maíces dará un mayor contenido de antioxidantes y de actividad probiótica “es la parte central del proyecto de investigación, ya trabajamos aproximadamente 7 meses en caracterizar las materias primas, y ahorita ya estamos en la fase de formulación, ya estamos haciendo las mezclas para encontrar el óptimo”.
“Encontramos cosas muy interesantes, aparte de los antioxidantes en los maíces, estamos trabajando con mezquite y pingüica, que son variedades nativas de aquí. Hemos descubierto que el mezquite es un buen edulcorante y tiene muchísimos más antioxidantes que los maíces. Y es un edulcorante de bajo índice glucémico, por lo cual lo estaríamos utilizando en lugar del azúcar, para tener una bebida aún más funcional”, por lo que personas con enfermedades crónicas, como la diabetes, podrían consumirlo.
El producto sería benéfico para adolescentes, jóvenes y adultos, a diferencia de los que se encuentran en el mercado, esta bebida probiótica no se elaborará con lácteos, como el yogur o la leche. “Vemos que siempre es un sector muy segmentado de personas que buscan el cuidado de su salud, pero afortunadamente en estos últimos años ha habido un crecimiento y una tendencia positiva en cuanto al consumo de los probióticos, como de los productos naturales, o de lo que está cultivado sin químicos”, apunta. Otra de las ventajas de este producto es que al no tener contenido lácteo, podrían consumirlo personas intolerantes a la lactosa o quienes prefieren no consumirlos, como vegetarianos y veganos.
Se contempla que en el siguiente año se pueda tener el producto en el mercado. Colaboran en este proyecto un grupo de investigadores del Centro Universitario, como la Dra. Norma González, Dr. Édgar Zamora, Dra. Ángeles Camacho, Mtra. Elba González, Dra. Beatriz Castillo Téllez, y se fomenta la investigación temprana al integrar a docentes y estudiantes de la Licenciatura en Nutrición al proceso de elaboración de la bebida probiótica.
Texto: Ibis Guzmán
Fotografías: Difusión CUNorte y cortesía de la Dra. Martha Fabiola Martín del Campo Solís