En manos de la población reducir propagación de dengue, COVID-19 e influenza
Ante la presencia del COVID-19 en Jalisco, el panorama en salud podría complicarse aún más en esta época de lluvia ante el aumento de casos de dengue o en temporada de influenza. De ahí la importancia de que la gente extreme medidas de prevención, coincidieron académicos de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
El doctor Luis Miguel Román Pintos, internista, investigador del Centro Universitario de Tonalá (CUTonalá) y médico adscrito al área COVID-19 de la unidad Dr. Juan I. Menchaca, del Hospital Civil de Guadalajara (HCG), dijo que el resto del año podrían continuar los casos de COVID-19, y que una de las posibilidades es que se presenten al mismo tiempo el dengue con el coronarivus, éste con la influenza, o las tres en un mismo paciente; de hecho, ya ha habido combinaciones de COVID-19 con dengue en México.
En consecuencia, los servicios de salud podrían estar limitados en cuanto a pruebas de laboratorio. “Si de por sí, cada una es costosa, y en el supuesto caso de tener que hacer pruebas de COVID-19 más influenza, más dengue, se verían rebasados y podría haber dificultades para solventar gastos”, agregó Román Pintos.
Sobre el dengue, dijo que el año pasado sólo a uno de cada 10 pacientes se le hacía la prueba para detectar la enfermedad por parte del laboratorio estatal. Muchas personas tuvieron que acudir a laboratorios privados para confirmar o descartar la enfermedad.
El problema es que conforme incrementa el número de casos por COVID-19, éstos ocupan más camas en los hospitales, y ante posibles casos de dengue o influenza graves, el reto es atenderlos en nosocomios donde no haya pacientes con coronavirus, ya que es posible que puedan contagiarse.
Señaló que en la actualidad hay médicos que enfrentan la dificultad de tener muchos pacientes con COVID-19 a su cargo, y podría no haber personal suficiente para atender a pacientes con otros padecimientos; el sector salud tendría que contratar más personal, hacer adecuaciones y capacitar a médicos para atender a quienes no tienen COVID-19.
En cuanto a la coexistencia de COVID-19 e influenza en un mismo paciente, el doctor Eduardo Rodríguez Noriega, Jefe de Infectología de la unidad Fray Antonio Alcalde del HCG, e integrante del Comité Especial de la UdeG para el Abordaje Multidisciplinario del Dengue, e investigador (CUCS), indicó que no se sabe lo que podría ocurrir. Lo que sí se conoce es que ha habido casos de dengue y COVID-19 en el país.
Mencionó que se espera una evolución favorable de dos probables casos de dengue y COVID-19 al mismo tiempo, detectados en el HCG. Estos pacientes serán estrechamente vigilados y se les dio información sobre las enfermedades, síntomas, factores de riesgo y signos de alarma.
Dijo que los signos de alarma en dengue son: dolor abdominal, vómito, náuseas, crecimiento del hígado y sangrado en mucosa. Y para el COVID-19 son, básicamente, pulmonares; el paciente tiene más dificultad o dolor al respirar, y por eso puede regresar al hospital.
Si persiste la influenza para los meses de octubre y noviembre, junto con COVID-19 y dengue, habrá problemas, ya que hay casos de influenza que pueden parecerse más al COVID-19 por la dificultad para respirar.
Rodríguez Noriega explicó que muchos casos de dengue y COVID-19 tal vez incrementen las posibilidades de que coincidan en las mismas personas, y no cuando hay pocos casos de una y muchos de la otra. Dijo que en China, respecto a COVID-19 e influenza, se encontraron casos de coexistencia en una sola persona, porque cuando la enfermedad estaba presente en la población había mucha actividad de influenza.
Destacó que en Jalisco hubo casos de coronavirus cuando no había mucha influenza. “Tenemos que seguir estudiando la asociación de COVID-19-influenza; aquí no hay reportes, pero es una posibilidad latente”.
Ante un panorama que pudiera resultar complicado, las acciones ciudadanas y la información en cuanto a medidas de prevención de COVID-19, dengue e influenza son esenciales, coincidieron especialistas.
“La población, en esta lucha, tiene casi 99 por ciento de peso. Pero hay quienes no se ponen cubrebocas, no se lavan las manos, no descacharrizan, y todavía se pelean cuando les indican que deben usar cubrebocas, por ejemplo”, dijo Rodríguez Noriega.
Explicó el COVID-19 y la influenza son enfermedades de transmisión aérea, mientras que el dengue es por medio de vector. Si la gente impide que el mosquito Aedes aegypti se reproduzca alrededor de los hogares en agua estancada, ya que no vuela mucho, las probabilidades de adquirirla son menores.
Entre las recomendaciones de la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ) para combatir el dengue, se encuentran: 1. Lavar todos los recipientes que haya en casa con un cepillo; tallarlos enérgicamente, ya que los huevecillos pueden durar pegados hasta un año; 2. Tirar todos los cacharros que no sean utilizados: 3. Tapar los recipientes que, por sus características, no puedan ser volteados, ni eliminados.
Se advierte también que la fumigación mata al mosco adulto, pero en tres días podría haber igual o mayor cantidad de moscos volando si no se termina con los criaderos. Otra medida contra el dengue es utilizar protección en el hogar, como mallas en puertas y ventanas, además de usar repelente contra insectos.
En el caso de la influenza, el virus se esconde en el humano y regresa cuando las condiciones son propicias, por eso hay un ciclo anual de la enfermedad, de manera estacional. En cuanto al COVID-19 es la primera vez que se presenta y no se sabe todavía qué va a pasar. “Es muy delicado este año”, subrayó Rodríguez Noriega.
En el caso de la influenza, la SSJ recomienda la vacunación, que evita que la enfermedad llegue a fase grave, sobre todo para grupos vulnerables o de mayor riesgo como adultos mayores de 60 años, niños menores de 5, mujeres embarazadas, personal de salud, personas con enfermedades como diabetes, hipertensión y pulmonares.
Para evitar el riesgo de contagio es recomendable el lavado de manos, el uso de gel con base alcohólica, no tener contacto con personas enfermas, además de recibir atención médica para no diseminar la enfermedad.
Rodríguez Noriega indicó que la vacuna contra la influenza es gratuita, puede ser aplicada en centros de salud y hay centros de vacunación en diferentes colonias de la ciudad. “Hay gente que no va porque no quiere, y en estos casos, ¿qué se puede hacer?”, se preguntó.
En cuanto al COVID-19 la población tiene que seguir las medidas reducir riesgos: el uso de cubrebocas o careta, lavarse las manos, estar en sus casas, uso de gel con base alcohólica, no ir a fiestas o a lugares cerrados con congregación de gente.
La influenza tiene algunas de las mismas implicaciones higiénicas que el COVID-19 como lavarse las manos, dijo Román Pintos, y añadió: “Considero que en el caso del COVID-19 estamos en un punto álgido de la curva, y desgraciadamente la gente ya está en las calles, pero deben saber que hay mucho mayor riesgo de contraer la enfermedad en comparación con quienes sí están en sus casas resguardados”.
Otras medidas para reducir riesgos de contagio son evitar los saludos de beso y abrazos, además de toser con responsabilidad, en el pliegue interno del codo y no en las manos.
Román Pintos explicó que en sus inicios, las diferencias entre dengue, COVID-19 e influenza son muy ligeras; hay casos en que el médico no puede distinguirlas a simple vista.
“La diferencia estaría en la evolución y ver qué sucede después. En el caso de la influenza estacional, entre cinco y siete días tiene fin la enfermedad. Prácticamente, al quinto día el paciente se siente mejor. En el caso de influenza AH1N1, el paciente puede empeorar, y en los casos de COVID-19 lo mismo. En este caso, los primeros siete días son síntomas leves, después empiezan los síntomas graves como tos, falta de aire, la saturación del oxígeno baja, no poder hablar, ni caminar”.
El dengue es una enfermedad similar a la gripe que afecta a lactantes, niños pequeños y adultos. Los síntomas son una fiebre elevada (40 grados) acompañada de dos de los síntomas siguientes: dolor de cabeza muy intenso, dolor detrás de los globos oculares, dolores musculares y articulares, náuseas, vómitos, agrandamiento de ganglios linfáticos o sarpullido.
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Guadalajara, Jalisco, 10 de julio de 2020
Texto: Martha Eva Loera
Fotografía: Cortesía Prensa UdeG